Manteniendo el tipo
Cuando el dolor llega tienes dos opciones:
Doblegarte o Sobreponerte.
Prefiero sobreponerme, sonreír aunque duela, apretar con fuerza sobre las heridas y esperar a que el tiempo me vuelva fuerte y haga desaparecer el dolor.
La espera es más agradable si entre risas que en mitad del llanto.
No se trata de ser fuerte o débil: Se trata de la cantidad de ganas que tengas de vivir.
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