lunes, 1 de noviembre de 2010

Luz




Llegamos perdidos a este mundo, buscando la luz que nos rescató en la más absoluta y densa oscuridad.
Nacemos, crecemos, y seguimos buscando esa luz: Era tan cálida...Pero no parece quedar ni un solo vestigio de ella por ningún rincón del planeta.
Un día, de pronto, entre los suspiros del alma, escuchamos una voz, diferente a todas las escuchadas antes, pero no parece que nadie esté hablando.
Ya no existe el tiempo, se acabó todo lo demás, tan sólo un fulgor cegador, más radiante que la más joven de las estrellas.
Una mano se muestra tendida, repleta de esa luz sacra, emanada por otro corazón.
Siempre estuvimos equivocados, pues buscamos una luz que no existe, si no que surge de los corazones de dos iguales que se encuentran.

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