viernes, 24 de agosto de 2012

Apariencias

Nadie es como dice, nadie es como pensamos. Ni un rostro, ni tan sólo una mirada, mucho menos las palabras. Las cosas no tienen un significado predefinido, sino que es cada uno quién se lo adjudica. De igual manera ocurre con las personas: Interpretamos gestos, a veces erróneamente. Sonrisas cálidas, que pueden ser sonrisas malintencionadas. Creemos en palabras que escupen como si fuera un veneno mortal; pero a nosotros nos parecen las promesas que nos acercan al paraíso. A veces acertamos, a veces erramos. De lo que sí que estoy completa y absolutamente seguro, es que nadie es nunca tal y como imaginamos en su totalidad, siempre habrá un resquicios que sólo esa persona conoce.

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