Por más que intento tenerlo todo siempre atado las cosas no son tan fáciles.
No se puede estar alerta todo el tiempo, y a veces llega un punto que te sobrepasa.
Podría seguir quejándome, pero eso sólo me quemaría más.
Por suerte, como yo creo, todo tiene solución, y en este caso es bien sencilla.
Estés donde estés, querida cartera, nunca te olvidaré.
Espero que el HDP que me la robó se pudra, pero sin rencores.
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