Sabe que cada segundo marcará la diferencia, y será un estandarte u otro el que se ondee victorioso entre todos los caídos.
Su himno no tiene letra, ni es cantado por coros celestiales, ni tan si quiera tiene tambores o una sinfonía pegadiza: Su himno son los latidos vigorosos del corazón y no tiene otra bandera que la camisa que empapó con el sudor de su esfuerzo.
Guerrero no es quien fulmina ejércitos y arrasa naciones.